FALLAS 2021: Unas Fallas atípicas

La paella y las fallas. Sin duda, dos de los iconos más universales y reconocibles de nuestro territorio.

Por eso, desde Arroz Dacsa no podemos olvidar que estamos a las puertas de la celebración nuevamente de una de nuestras fiestas más queridas: las Fallas.

Eso sí, este año celebraremos las fallas más atípicas de nuestra historia. Y no solo por su fecha de celebración, septiembre y no marzo, sino por todo lo que rodea su celebración. Las circunstancias mandan y, al igual que el resto de facetas de nuestra vida, esta tradicional fiesta va a verse afectada por la crisis del coronavirus y la pandemia mundial que estamos viviendo.

Tras la cancelación de las fallas 2020 y el retraso en la celebración de las de 2021, han sido dos meses de marzo en los que Valencia no se ha vestido con sus grandes galas y se ha preparado para lucir en todo su esplendor con la celebración de su fiesta grande.

Así que septiembre toma el testigo para vivir las fallas más atípicas de nuestra historia. La actual situación sanitaria permite la celebración de las mismas, pero siguiendo las restricciones y condiciones necesarias para poder garantizar la seguridad. Las actividades y actos se han adaptado para poder cumplir con estos requisitos. A grandes rasgos, se deben controlar los aforos para evitar las grandes aglomeraciones de personas; debido al toque de queda, la actividad nocturna no está permitida; y el uso de mascarillas y distancia de seguridad es necesario en todos los actos.

¿Cómo afecta la normativa a los actos más representativos?

  • La plantà: podrá realizarse de noche a pesar del toque de queda, ya que está calificada como una actividad laboral al aire libre.
  • Las comidas, almuerzos y cenas de las comisiones: pueden realizarse, pero al aire libre, lo que significa en carpas sin laterales o con toldos. Y deben asumir la normativa que afecta a la hostelería, es decir, en mesas de máximo 10 personas y separadas entre ellas. Las barras no pueden ser utilizadas para consumir, solo para servir.
  • La visita a las fallas: se hará con control de aforo y siempre en el mismo sentido de visita.
  • Desfiles y pasacalles, incluida la ofrenda: con mascarilla y distancia de seguridad. Y en los lugares con espacio reducido que no garantice la distancia mínima, sin público.
  • Concentraciones falleras: se eliminan como tal, por lo que es necesario coordinar la llegada y desalojo de los actos que afecten a varias comisiones de forma escalonada.
  • Cremà: con aforo limitado en cada falla para evitar las aglomeraciones de público, además de nuevos horarios para evitar el toque de queda.
  • Resto de actos culturales: se ven sometidos a las mismas restricciones de este tipo de eventos, es decir, conciertos, actuaciones musicales, teatros,…

 

Sin duda, unas fallas adaptadas y marcadas por las condiciones excepcionales que estamos viviendo. Pero también, que dan un ligero soplo de aire fresco a sectores que dependen de ella y que se han visto gravemente afectados. Floristas, pirotécnicos, indumentaristas, artistas falleros,… retoman su actividad poco a poco gracias a estas fallas 2021.

 

Aunque es cierto que algunas comisiones falleras a lo largo del territorio han decidido no plantar su monumento y no celebrar las fallas 2021, esperándose a marzo de 2022, la mayoría espera con ilusión poder sacar sus monumentos a la calle, aquellos que llevan guardados desde marzo de 2020.

Obviamente, ante una situación tan imprevisible e inestable, nadie puede saber cuándo volveremos a vivir unas fallas como las conocíamos antes. Lo que sí podemos augurar es que en el corazón de cada comisión fallera late la ilusión por la celebración de su fiesta más querida. Una fiesta que es Patrimonio Inmaterial de la Humanidad y que, al igual que sus monumentos, renace de sus cenizas para volver a llenar las calles de cultura y tradición, aunque sea en estas condiciones atípicas y en la que Arroz Dacsa siempre está y estará presente.

 

¡Felices fallas 2021!